domingo, 25 de enero de 2015

5 indicios para cambiar de rumbo

Hay algo en nuestro interior, quizá una pequeña voz a los que unos le llaman inconsciente, otros intuición y otros corazonada que llegado el momento nos dice: “¡AHORA!”.

  Este pequeño resorte que salta en nuestra mente no es otra cosa que el fruto de una elaboración de nuestros esquemas mentales, un punto donde nos damos cuenta de que algo va mal y tenemos que cambiarlo. 

En ocasiones somos conscientes de la situación que estamos viviendo pero no hemos tomado una determinación, bien porque no es el momento o bien porque nos hace falta un empujoncito para cambiarnos la perspectiva y empezar a tomar otro camino.

¿Cuáles son los indicios que me dicen que es el momento de cambiar?:
  1.  Físicamente te encuentras agotada, tu cuerpo no descansa bien y tu ritmo biológico está descoordinado (no duermes de tirón, tu menstruación no es regular, vas al baño muy pocas veces)
  2.   No rindes tanto como antes, mentalmente no eres productiva y cada vez necesitas sacar más tiempo de otras cosas para dedicárselo a lo que te ocupa.
  3.   Tus objetivos no son los mismos, tienes la sensación de que alcanzas tus metas muy lentamente y tus marcas ya no son las que eran antes. Puede que algún compañer@ o tu jefe te presione y tú sientas que das todo lo que pudieras
  4.  A nivel psicológico te encuentras siempre alerta, te molestan los sonidos estridentes, las cosas inesperadas y te encuentras más irritable. Tienes explosiones de ira con facilidad y tienes la sensación de que te quedas sin respiración y te angustias (conatos de ataques de pánico).
  5. .  A nivel personal el tiempo que antes ocupaban tus hobbies y actividades placenteras a disminuido hasta tal punto que no recuerdas cuando fue la última vez que practicaste el deporte que te gustaba, ibas a un concierto o tenías un detalle con tu pareja. No eres capaz de disfrutar de los momentos de relax, porque no desconectas de tu proyecto.

En definitiva, estas son cinco claves que te dan pistas para cambiar el chip y tomar una decisión acertada antes de que la cosa empeore, pero finalmente eres tú la que decide.
Si te encuentras en esta situación, y lo necesitas, te recomendamos que contactes con un profesional, actualmente hay multitud de opciones para asesorarte sin tener que perder el tiempo ni desplazarte, como es la consulta psicológica online.

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Ansiedad en las mujeres trabajadoras

Cada día la figura femenina está más presente como directora de empresa y altos cargos con una gran responsabilidad.
Las características de la mujer hacen que su cuerpo cambie constantemente y la repercusión de un ritmo estresante de trabajo haga que fallen algunos motores. En el caso de el hombre también ocurre, pero el factor social no les permite parar y tomar un respiro, sino que deben seguir con su ritmo a costa de un empeoramiento de la salud o incluso dejar de lado cuestiones familiares para seguir con la marcha.
Hemos observado, a través de la experiencia, que las mujeres, igual que deciden tomar un camino laboral u otro, dado el momento, también deciden priorizar y dan más importancia a su salud o al ciclo natural que a las exigencias sociales del medio.
Pongamos un ejemplo. La mayoría de las mujeres jóvenes que terminan la carrera salen con unas ganas enormes de trabajar, formarse y poder desarrollar su potencial al máximo, trabajando 12 horas al día, viajando y llevando un ritmo de vida muy ajetreado. Además, a esto le tenemos que sumar el hecho de que, en muchas ocasiones, se les exige mucho más que a los hombres por la tendencia arraigada de que la mujer ha de demostrar su valía.

Qué hemos visto en la consulta? Pues que cada mujer pone su límite, sea la edad que sea. Si hemos encontrado un tope máximo ha sido en los 40, pero también han acudido mujeres de 30.

¿Qué tienen todas ellas en común?
  • Nivel de estrés laboral elevado que se traspasa a la vida personal
  • Malos hábitos de sueño, alimentación y rutina diaria desordenada
  • Afectación a su vida de pareja o familiar
  • No desconexión del trabajo, sentimiento de presión intrínseca
  • Pesadillas nocturnas que tienen que ver con el trabajo
  • Altos niveles de activación de la ansiedad ante problemas derivados del trabajo (e-mail, reuniones, llamadas)
  • Búsqueda de un foco para centrar su ira: el jefe, algún compañero, un socio, un familiar.
  • Pérdida de hábitos saludables (abandono de gimnasio o hábitos de deporte, alimentación rápida)
¿Qué factores positivos ayudan en la terapia?
  1. Son mujeres fuerte, entregadas, luchadoras y emprendedoras, lo que garantiza una motivación al cambio
  2. Ellas son las que toman decisiones sobre su vida, lo que ayuda a una adherencia al tratamiento óptima para que los cambios sean duraderos.
  3. Buscan recursos, y saben utilizarlos, por lo que las herramientas que les ofrece la terapia se convierten en armas para luchar contra todo aquello que no desean.
  4. Son mujeres emprendedoras, por lo que están abiertas a todo tipo de sugerencias, y se pueden utilizar múltiples técnicas de intervención de todos los enfoques.
  5. Optimizan al máximo su trabajo, lo que garantizará una terapia útil que no se alarga en el tiempo y de la que obtienen los mejores frutos posibles.
En resumen, son un colectivo que hay que atender especialmente por su idiosincrasia, y porque la demanda es cada vez mayor.


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